jueves, 6 de septiembre de 2012

Palos y más palos

Como ya dije en mi última entrada, a veces me dan palos algunas de las "amistades" que tengo, eso es algo a lo que, por desgracia, estoy bastante acostumbrado, y que, gracias a ello, consigo encontrar a la que hasta ahora es un grupo reducido de gente de gran confianza y a la que puedo denominar abiertamente como amigos. Hay veces (afortunadamente no muchas) en las que esos grandes amigos me decepcionan sobremanera y se convierten en todo lo contrario. Pues bien, hoy ha sido una de esas ocasiones.

Resulta que, no hace mucho, una buena amiga y yo decidimos quedar el pasado 3 de septiembre para distraernos, ya que lo necesitábamos con urgencia, pues ese día significa mucho para nosotros debido a que ese día empezamos a salir con nuestras respectivas parejas por aquel entonces (en mi caso el pasado año y en el de ella hace algunos años). Puede parecer una tontería, pero para nosotros desde luego no lo era, y por ello decidimos que quedaríamos todos los 3 de septiembre para jugar a juegos de mesa, charlar y divertirnos. Así haríamos que el día 3 de septiembre fuese un día alegre para recordar en vez de algo triste.

Invitamos a unos pocos (solamente a los pocos que estaban ese día con nosotros) y, simplemente, por el mero hecho de tener algo de compañía para jugar a nuestros juegos de mesa y estar distraídos, nada más (sé que puede sonar un poco egoísta, pero creo que, por una vez al año que lo hagamos, se nos puede permitir). Luego se apuntaron unos cuantos más porque me preguntaron si no me importaba que vinieran. Sin embargo, hubo dos personas que, al parecer, les ha sentado bastante mal que mi amiga y yo no les invitásemos. Digo al parecer porque me he tenido que enterar a base de indirectas a través de Twitter por parte de este par de individuos, en las que decían, básicamente, que no contábamos con ellos a la hora de hacer quedadas y que, como era una quedada "especial" (la llamamos así por lo que os he comentado anteriormente), que sólo podrían ir unos pocos privilegiados.

En fin, si hubieran tenido el detalle de haber hablado conmigo habrían entendido el por qué de todo esto. Para empezar, la quedada era para olvidarnos mi amiga y yo por un momento de nuestros "males de amores", con lo cual lo que menos nos apetece es estar rodeado de parejitas (sí, mis dos amigos que se han quejado son pareja). En segundo lugar, estas dos personas no son precisamente de jugar a nuestros juegos de mesa que digamos, así que, ¿para qué invitarles si lo que harán será estar los dos apartados a su bola? (no será la primera ni la última vez que ocurre). Y tercero, y lo más importante, cuando ellos quedan, casi nunca me suelen invitar a irme con ellos. ¿Me he quejado alguna vez por ello? NUNCA. Son libres de invitar a quien les venga en gana, lo mismo que hago yo. Luego, cuando les mando algún mensaje invitándoles a las quedadas que montamos, ni siquiera se dignan a responder. Qué menos que, como mínimo, pongas que no vas a ir, ¿no? Con todo ello, ¿por qué ellos tienen derecho a quejarse, y, encima, ni siquiera directamente hacia mi persona, sino a través de indirectas en una red social? No lo entiendo, la verdad...

Pero esto no es lo que más me duele del asunto. Lo peor de todo es que, debido a que ya no nos hablan (ni a mí ni, al parecer, a todos los que fueron a esa quedada y no les avisaron), han dejado tirada a otra gran amiga mía, a la que quiero muchísimo, la cual celebra hoy jueves su cumpleaños y quería que estuviésemos todos con ella, y ellos no irán a disfrutar de su fiesta sólo por el hecho de no querer vernos. En serio, ¿hemos vuelto al parvulario o qué? Me parece una actitud muy inmadura por su parte y, aunque sé que no es culpa mía, me siento fatal por lo mal que lo estará pasando por culpa de esta gran gilipollez.

En fin, no puedo sentirme ahora mismo más disgustado con todo esto, sobre todo teniendo en cuenta las gilipolleces de niños de tres años que sigo leyendo por Twitter. Lo mejor que puedo hacer ahora es pasar rotundamente del tema y listos. ¿Que es una putada que no vayan al cumpleaños de una de mis mejores amigas por una puta gilipollez y que ella lo esté pasando mal por esto? Desde luego que lo es. Pero lamentándonos no vamos a solucionar nada.

Esta tarde pienso ir a la fiesta de mi amiga con la cabeza bien alta, disculparme por la parte que me toca de todo este asunto (aunque sé de sobra que ella no me culpa de nada, pero, aún así, siento que debo hacerlo) y pasármelo de puta madre. Me da igual que al final acabemos siendo cuatro gatos, para mí será más que suficiente. La verdad, prefiero mil veces que no vengan a que aparezcan, nos tiren indirectas a la cara, se líe parda y terminemos de fastidiar la fiesta.

Hoy es un día digno de celebrar, y es que mi gran amiga celebra su cumpleaños, después de mucho tiempo queriéndolo preparar, y hace mucho que no la veo, así que hoy nada de caras largas y malos royos.

It´s party time!

No hay comentarios:

Publicar un comentario